Cada noche.

Los ojos, los cierro.
Bueno, al menos, lo intento.
El alma, en silencio.
Mis sentidos,
absolutamente quietos.
En ese momento te giras,
y yo, te miro, te huelo,
en fin, te siento.
Me miras, y sonríes.
Tus labios abiertos
me piden un beso,
y yo, te lo regalo,
deseoso de volver a hacerlo.
No sabemos la hora,
porque hemos detenido el tiempo.
Te arropas en mis brazos,
y de nuevo te vence el sueño.
Yo llevo días sin dormir,
acariciando tu pelo.
Que no me alejen de ti,
que me muero,
que nadie rompa nuestro sueño,
en el que siempre,
absolutamente siempre,
soñamos despiertos.

Nana

Ternura, calor, arropo
tomo el cariño y locura
que cura todo lo tosco
el polvo de baja cuna
la estrechura de tu coco
que poco importan, pues nunca,
nunca actúas con decoro;
recorro tu piel en dunas
peludas de rabo a morro
y corro delante tuya
con una actitud de loco
si tus ojos me escrutan
y no ocultan tus antojos:
Son recodos de mil lunas
que alumbran como mil focos

Nunca, Nada, Nadie.

Y sigo dejando mi sangre

Por ahí tirada,

Como si no me importara.

Y no me importa:

Nadie, nunca, NADA.

Invitado de la muerte

A un gran baile.

Invitado sin suerte,

Intentando ser alguien:

Nunca, nada, NADIE.

Me conduce derecho

Hacia la tumba.

Por mil manos cavada

Para cuando mi cuerpo sucumba:

Nada, nadie, NUNCA.

Música de cámara

La gracia que te ha sido dada
nunca has sabido verla
menospreciando una balada:
Tu preciosa música interna
si antes atiendes a una palabra
que a mil notas pretéritas
coloridas más que el alba,
corrompidas por ser terca
oscureciendo tu cámara
una estancia de mil perlas
cuyo brillo son tus ojos
que en éstos sólo es carencia
y por no regar tus lotos
riegas tu piel: Tu esencia,
si por no entrever tu fondo
pudres tu periferia...
pudres lo que te hace bella.

Sin olvido ni perdón

Se despertó de gris,

El día que hubo ser morado.

¿Dónde está la libertad?

La han matado.

Asesinada na mas nacer,

Por un dictador enano,

Que tuvo cojones de morir

De viejo, en la cama, postrado.

Cuando nos libramos de este ser,

La vergüenza se encona.

Nos quieren vender

Que volveremos a llevar corona.

Harta de observar

Las banderas enarboladas,

La Historia se despertará gritando

¡LA REPÚBLICA ESTÁ INSTAURADA!

Cuando la poesía no rima...

Me tumbo, sé que todo está a punto de acabar. Aunque lo intente, no podré resistirme, es algo inevitable para todos los humanos... para todos los mortales. He de abrir los ojos, para poder volver a verle, aunque sea un segundo, la última vez antes de que todo termine. Intento levantar mi brazo, para rozarle, pero mi cuerpo ya no responde.
Noto como mi mente se separa de mi cuerpo, no se si flota hacia arriba, o se hunde bajo mi espalda, pero cada vez siento menos...
La siguiente vez que veo su rostro, todo es como un sueño... ahora lo entiendo todo. Ya me he dormido

Humo

Fíjate, las nubes fueron rosas
hubo mil flores, más mariposas
revoloteando en mis cloacas
que oscuras se tornan roñosas.

En las mañanas alguien piaba
silbando canciones alegres
yo, mientras tanto, profetizaba
y en la noche algo era celeste.

Los sueños sabían a dulce
que en la vigilia saboreaba
el viento embolaba perfumes
que el propio viento exhalaba.

Elevaba las comisuras
para hondearlas como bandera
tejía el sol sin coseduras
este estandarte hasta en tormenta.

Todo esto duró un suspiro
un susurro ilegítimo
hoy es un cuadro: Lienzo infinito
donde sigo pintando un delirio,
cien recuerdos y mil vampiros
que me disecan y dejan frío.

Hoy el sol brilla, pero poco,
no es por su luz, es por un coro
de neblina en tormenta y cuervos torvos…

Hoy el sol brilla, ¡pero poco!

y es por un humo que lo cubre todo.

“Dedicado a esa época de inocencia en la que no eran necesarios los motivos para sonreír”.

...que te quiero

Sabes que si,
Que te he echado de menos,
Que mi boca sin tus labios no es lo mismo,
Que te quiero.
Que sin ti, en la noche, muero.
Que en tu presencia, el león más fiero,
Manso se vuelve ante tus ojos sinceros.
…que te quiero.
Día tras día
Entre las rocas escribía,
Largas y frías palabras, en fin, poesía.
Versos que como las olas morían,
En las orillas de tus besos.
Una noche escapó mi corazón
Para reunirse con la luna,
Y entre lágrimas producidas por el dolor,
Le preguntó si la soledad tenía cura.
El satélite, con una sonrisa en la cara,
Le besó en la frente, y le dijo:
La mía ya está curada.
A veces lloro y no se el motivo,
Siento que quiere irse, estar contigo.
Siento que lo pierdo para siempre,
Siento que me duele el no tenerte.
En fin… que se escapa para verte.
Y aquí, tumbado,
Siento que se me escapa la vida.
¿Para irse contigo?
No, porque tú eras mía.

Cuándo volver

Tengo el hocico amarillo
de tanto decir que no
la emoción que pulsa un gatillo
el dolor de un corazón
sensación de carcelero
que silba a golpes de “pon-pon”
hoy de nuevo acelero
enjuagando el agua en dolor
que por él se ha estancado
en momentos de dulzor…
cuando estoy quiero volver
cuando vuelvo no se qué hacer
cuando me encuentre decidiré
qué hacer, qué decir, cuándo volver…

A un duende con el pelo largo

Me empuja a escribir algo,

no se si es un sentimiento

o un duende de pelo largo…

Y me equivoqué,

porque poeta es,

da igual si escribe junto o separado,

con el corazón latiendo, o ahí, parado.

Y mira que yo solo podía escribir llorando…

Pero en fin,

gracias, en estas horas,

por volver a animarme a escribir.

Ríe a la vez que llora mi boli tinta,

Ríe porque aunque muere,

vuelve a la vida.

*Gracias por todo, maestro*