Es pretérito y fue imperfecto
el descaro del descrédito
algo por dentro, algo muy interno
latíos de esos que queman inviernos
cautos y cautivos, intranquilos pero quietos,
fantasmas errantes henchidos de miedo
pusieron primero delante del juicio
saber el secreto y mantenerlo en silencio;
entender que dos soles estaban muriendo
con el calor, que enjuto en saliva reseca,
del mar en calma hizo gotas de tormenta
dos olas que se rompieron y una que era nueva
cierra la vieja los ojos mientras aquella se envenena
con palabras en llovizna algo y malo se reinventa
en un parto de bocanadas que no debieron estar abiertas.
Y ahora se aleja impasible a la deriva
con el viento encabritao que pasea por la ira
mañana no saldrá, ni pasado, o nunca jamás
decirle a ese sol en ocaso que no quise ser maldad
ya es quimera que se quema en recuerdos que no serán
sino una historia de traición que rompe en dos un mar:
A ti te toca el traicionado, yo la hierva a cortar,
si tan solo un pecado me invade: El no saber razonar,
guiarme por las pasiones siendo éstas de verdad.
Acabando esto, y lo siento, diciendo que soy feliz,
Atentamente en mi infierno: Aquel de quien no quieres oír.
"Cuando una traición se consuma, ya no queda sino el amargo sabor de los dulces recuerdos..."