NI EN SUEÑOS

Y me dice que se ha enamorado, sin saber de quien, de sus ojos se ha prendado. Sueña con ella sin mirarla a la cara, pues no puede mirarla. No sabe quién es, pero sabe que existe. En algún lugar, alguien sueña con él, y deja de estar triste. Todas las noches, antes de meterse en la cama, imagina su cara, todas las noches una, realmente, ninguna. A veces se siente fuerte sabiendo que la quiere, otras, perdido, por querer a alguien que sólo en sus sueños ha existido.
Se acaba sintiendo vacío. Cae en una espiral de vicio que le ayude a encontrar a su alma gemela, y al no encontrarla, la acaba buscando en una papela. Con los años se encuentra a sí mismo tirado, en la calle, en vómitos bañado. Se incorpora, y ve una reina mora que le enamora. Y de repente lo recuerda. Recuerda aquellos días en los que él sabía que ella existía. Y se acerca. Pero la muchacha, asustada, sale corriendo, oculta su cara. Él se ve en un espejo reflejado, pura basura, simple despojo humano.
Tanto tiempo creyéndose loco, que por volverse cuerdo, quedó desquiciado.

14 de Febrero

No te necesito, Santo, no te necesito

para abordar los lances del tiempo y el corazón

porque el amor no viene envuelto en papel bonito

ni los latidos van vestidos con caparazón.

Hoy es el día, dicen, de los enamorados,

un día para expresar eso que llaman amor,

mas mi expresión no viene decorada en regalos,

pues no hay mayor regalo que el presente de tu don.

Y es por eso que hoy te escribo estos catorce versos:

Alejandrinos, pues de catorce sílabas son,

para que tengas en tu catorce de Febrero

letras que perdurarán tras la caída del sol.

Y por eso dedico estos dos últimos versos

a esa sorpresa del tiempo que somos tú y yo.